miércoles, 7 de octubre de 2009


Factores biológicos

El bosque frío ofrece con frecuencia una línea de separación bien marcada del bosque tropical del piso inmediato inferior. La precipitación acuosa casi continua suplida en los días no lluviosos por una neblina densa y adherente, la nubosidad cargada de vapor de agua en que se ven envueltos durante muchas horas de la noche y del día, troncos, ramas y frondas, provocan una exuberancia de vegetación epífita que presta al bosque frío un sello peculiar inconfundible.

El suelo se cubre de musgos, de helechos y de Begoniáceas de gigantescas proporciones; por los troncos asciende hasta las más elevadas copas de los árboles un sinnúmero de trepadoras, y de las ramas bajan lianas que se entrecruzan en el aire caprichosamente.

Nadie ha hecho aún un estudio, no digo a fondo, pero ni apenas superficial de esta flora debido al poco tiempo dedicado a la herborización; con todo, el sólo ponerse en contacto con ese mundo vegetal nuevo le deja a uno impresionado y perplejo ante la novedad de las especies desconocidas, endémicas probablemente muchas de ellas.

Mantiene una asociación compleja de árboles de porte elevado y madera de construcción inexplotada y desconocida para muchos. Voy a citar unas cuantas especies: Entre las laureáceas, el canelo (Ocotea veraguensis), aguacate canelo, canelo barcino, aguacate (Persea gratissima), aguacate mico, aguacatillo (Nectandra sp.); además: el Lizaquí, zapotillo (Couepia?) areno, rozán, palomaría (casearia arguta), sauce de montaña (Salix chilensis) álamo blanco y rojo, mampaz, guavos (Inga); aparte del ocote o pino resinoso blanco y rojo, y varios árboles del género quercus y el citado cedro (Cedrela).

Menos abundantes son el tempisque, lechoso, granadillo, liquidámbar y varios que llaman zorillo; más raro aún el murciélago (Cornutia).

El ciprés parece haber desaparecido de zonas donde antes llegó a formar asociación como especie dominante: sólo he logrado ver dos ejemplares juntos y aislados a 4.100 pies en un lugar denominado "El Destino", cerca del camino que conduce de Yalí a San Rafael del Norte, restos indudables de esta asociación desaparecida. No lejos de aquel punto, al otro lado de "llano verde" con asociación de pinos, en Puspira, noapantado de Yalí, me aseguraron había un bosque de ciprés un tanto extenso.

No abundan mucho las palmeras; en cambio hay profusión de bellísimos helechos arborescentes de porte elevado.


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